¿Cuál fue el momento más feliz en tu historia?

Lleva tu corazón, no sólo tu mente, a ese momento. Recuerda los olores de felicidad, los colores de ese día. ¿Qué fue lo más especial, fue ese día o todo el trayecto para llegar ahí?

El momento más feliz de tu historia, seguramente no fue en cada entrenamiento con frío ni después del colegio quedándote horas para lograrlo. Pero seguro sí lo fue cuando te superaste y llegaste a ese lugar en tu podio.

El momento más feliz de tu historia, seguramente no fue al levantarte temprano cada día, estudiando y repasando, con nervios. Pero sí cuando llegó el resultado de la prueba, y lo valió!

Las pruebas no dan sólo resultados. ¡Dan valor! Valor a tu esfuerzo enfocado, disciplinado. Como los músculos, nuestra voluntad se libera cuando la ejercitamos y nutrimos bien. La entrenamos cada vez que salimos de la cama, aún cuando no sea imperioso hacerlo. La entrenamos cada vez que decidimos priorizar el ahora y enfocarnos en nuestro presente. Cuando no postergamos los compromisos, cuando hacemos un hábito de los cuidados físicos, mentales y espirituales. La entrenamos porque rompemos esa inercia mental que tiende a excusarnos alimentando incertidumbre.

Escuchamos muchas veces la frase "querer es poder", pero pocas la de "puedes porque quieres". Puedes, porque tienes voluntad de ser. Somos alpinistas de la vida. Sentimos el cansancio físico, sentimos la falta de aire cuanto más nos acercamos a nuestra cumbre. También porque los alpinistas no suben solos, es vital sabernos rodear de personas que nos den ese aliento imprescindible y empático que nos hace volver a sentir nuestro objetivo. Estamos subiendo juntos, y cuando nos sentimos agobiados miramos al costado, a nuestro "sherpa" que puede ser un padre, profesor, un hermano, un amigo. Alguien que puede o no haber estado allí antes, pero que aún sin haber hecho el mismo camino, conoce nuestro motor y nos ayuda a sacar el coraje interno para seguir. Conseguir la cima es un resultado, que le da valor a todo tu esfuerzo, y le da sentido a tu camino.

Sigue subiendo, sigue enganchado a la vida. Esfuérzate en entrenar en lo que quieres y busca cuidadosamente tu sherpa y sé un sherpa para tu comunidad. Tu tenacidad, sencillez y determinación son contagiosos. Busca a quién impulsar, en la cima hay lugar para todos.

Todo lo que hacemos tiene un sentido, encontrarlo es una respuesta, pero sobre todo una responsabilidad de todo ser humano que quiere ser feliz.

Cuando recuerdes ese momento feliz en tu historia, y sientas tu corazón latir fuerte de la emoción por volver a sentirlo, ve por él y ¡busca tu Everest!

Inspirado en charlas BBVA, especialmente Mario Alonso Puij y Edurne Pasaban. Ingresa al link y sorpréndete www.aprendemosjuntos.elpais.com.